jueves, 12 de julio de 2012

Aprendiendo a respirar


Coloca una mano sobre el pecho y la otra sobre el estómago.
Respira como lo haces normalmente.

Observa el movimiento de tus manos.
¿Se mueve una sola?
¿Las dos?
¿Cuál de ellas se mueve primero?

Si la primera en moverse es la del pecho, estás respirando superficialmente.
Es una respiración pectoral, que no limpia, oxigena, ni purifica adecuadamente.

 

Si la mano que se mueve primero es la que tienes sobre el estómago, estas respirando adecuadamente.
Es lo que se conoce como respiración diafragmática.

Permite que el aire entre lentamente por la nariz.
Haz una pequeña pausa y déjalo salir, aún más lentamente, también por la nariz.

Con la práctica, este tipo de respiración se vuelve automática.
Trata de que la exhalación dure el doble de tiempo que la inhalación.

Es importante tomar en cuenta la postura.
Cuando los hombros no están erguidos y rectos, se reduce el volumen de la caja torácica.

Chécate constantemente, pero no te angusties ni te regañes por tus errores.
En un principio puede ser un poco difícil.
No olvides que estamos aprendiendo

Recuerda que la respiración profunda, relajante y estabilizadora, es diferente de la que llevamos a cabo después de haber hecho ejercicio intenso.
En estos casos se respira primero con el pecho, para llevar una mayor cantidad de oxigeno rápidamente.

 

Para tu salud con amor.

Alabel

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